CUATRO
“Soy grande, soy
pequeño, soy un falo”.
ASÍ ES EL PENE
Divino dios
Príapo. Así soy. Simplemente soy así. Como cualquier cosa larga y cilíndrica.
Falo que folla y falla, a veces. Algo largo y redondeado, así que cada vez que
veas algo con esa figura te puedes imaginar que ese soy yo. Solo tenga pata,
cuerpo y cabeza, por eso cuando me voy de cabeza me llevo todo mi cuerpo y me
meto hasta la pata. Me acompañan mis dos inseparables compañeras depositarias
de toda mi confianza y poder; sobre ellas reposo en mis horas de sueño, también
las arrastro en mis embestidas.
Algunas veces
soy como Siberia, que todos saben dónde está; pero que nadie quiere ver ni
visitar. Como no soy vanidoso hablo poco de mí mismo, tampoco me gusta hacerme
la víctima. Durante algún tiempo tuve mucho poder, de hecho fui el símbolo del
poder, aunque he de confesar que fue un poder usurpado o solamente en
apariencia; porque siempre ha sido otra quien ha dominado. Hay día está claro
en manos de quien se encuentra el poder, ¡por supuesto!…
Hace mucho
tiempo que tres féminas hicieron una apuesta para salir de dudas de cómo era
yo. Una decía que era un pellejo inerte; otra, que era un nervio duro; y la
tercera decía que era un hueso. Pues bien, para salir de la porfía me buscaron
tras la bragueta de un borrachito. Entonces dijo la primera: «Vean, no se los
dije que era un pellejo flácido». Todavía dormía plácidamente. Luego me tomó la
segunda entre sus manos e hizo que me despertara un poco, entonces dijo:
«Miren, es un nervio duro, no es ningún cuero flojo ni tiene hueso». Le tocó el
turno a la tercera, ya para entonces me había despertado del todo, estaba
levantado y duro, y dijo ella: «No les dije, niñas, que era un hueso, observen
lo duro que está». Ella seguía frotando y frotando, razón por la cual dejé
escapar toda mi sabia, por lo que ella se declaró ganadora, y llena de júbilo
dijo: «¡Yo gané, es un hueso, miren, le acabo de sacar el tuétano!».
La lista que
leerá enseguida estará completa una vez que usted, amigo(a) lector(a), la haya
aprobado e incrementado. Dé su opinión, ¡por favor!
SOY ASÍ, ASÍ SOY
Yang en la China
Joni en la India
Largo como
suspiro de enamorado
Como tronco de
árbol
Como una
morcilla
Como un chorizo
Como una
salchicha
Como dulce de
albaricoque
Como pistilo de
flor
Dormilón como
una perezosa
Como un cuerno
Rígido como un
cadáver
Ardoroso como
clavo al rojo vivo
Frágil como un
pajarito
Inofensivo
Ávido de
caricias
Con dos
corazones para amarte mejor
Con lo gorra
siempre puesta
Firme como
soldado
Siempre
dispuesto
Duermo como
murciélago, colgado cabeza abajo
Ciego y
sordomudo
Entregado por
completo
Más dulce que la
miel
Sueño de una
noche de verano
Complaciente
Sensible a las
burlas
Queriendo llenar
todos los espacios
Dando siempre
por millones
A veces muy
tímido
Tomando siempre
la iniciativa
Mendigando ser
aceptado
Pidiendo algo de
comer
Avergonzado por
no ser más grande
De cuerpo
esbelto y cabeza delicada
Terminado en
algo glande
Neurótico cuando
el ayuno es prolongado
Espontáneo como
la risa de un niño
Fisgón, si me
dejan
Fetichista, a
veces
Guerrero que
sitia y toma su botín
Argos alerta
para ver lo que me gusta
Guerrero que es
derrotado en todas las batallas
Luchador que
emplea todas sus fuerzas hasta el desmayo
Muerto de
tristeza cuando no logro levantarme
Un niño que
llora y quiere ser feliz en tus labios
Mariposa que
pasa
Pez vivo del mar
Muerto
Pargo rosado del
mar azul
Pato que emigra
Parchita, sin
amarguras
Sensible al
vuelo frágil de tus manos
Inocente como
las manos de mi abuela en su plegaria
Todo lo que has
pensado
Libre como un
pájaro
Incomprendido
Arrugado en el
frío
¡Vivo de leches!
Explorador del
túnel de la vida
Desgarrador de
hímenes
Manguera de
bombero
Tirando sin ser
arma de fuego
Producto para
hembras
Indispensable en
la reproducción
Una vaca lechera
Soy un perro que
lame
Soy feliz
¿¡IMPORTA EL TAMAÑO!?
El único primate
que tiene un falo grande es el hombre ―y la ciencia aún no sabe por qué ni para
qué; debe de ser que no han oído a las mujeres―; sin embargo, la preocupación
más común de la mayoría de los hombres sigue centrada en el tamaño del pene.
Según lo ha comprobado la ciencia médica, el tamaño del falo de un hombre
adulto es de veintiséis centímetros, de los cuales, trece centímetros forman la
base interna, y los otros trece centímetros constituyen la parte externa del pene;
es decir, el falo propiamente dicho. Quiere decir esto que un pene normalmente
es de trece centímetros de largo cuando está erecto, y eso es así en la gran
mayoría de la población masculina adulta, sobre todo la asiática; porque la
población masculina negra constituye la excepción, pues la parte externa de su pene
es mucho más grande que la parte interna, llegando a medir entre diecisiete y
veinticinco centímetros de largo cuando está erecto. ¿Para qué sirve un pene
muy grande? ¿Es símbolo de gran potencia viril? ¿Realmente requieren las
mujeres un falo inmenso para lograr el orgasmo?
Los sexólogos,
expertos en la materia, han descubierto que la zona erógena que permite a las
mujeres lograr el orgasmo está en los primeros cinco centímetros de la vagina;
pero que, principalmente, lo alcanzan a través del clítoris, el cual es
externo. Entonces, ¿importa el tamaño? ¿Mito o realidad? De todas maneras, los
fabricantes de juguetes sexuales tienden a tener preferencia por los de gran
tamaño. La verdad es que está comprobado que los penes grandes dejan de ponerse
erectos mucho antes que los de tamaño promedio, esto es así debido a que
paulatinamente dejan de percibir una buena irrigación sanguínea.
Sin embargo,
todo hombre prefiere superar el tamaño promedio de los trece centímetros, ese
logro genera mucha confianza varonil. Nadie quiere poseer entre sus piernas un
miembro que pueda ser calificado de pequeño, menos uno que pueda ser
considerado como mini, eso le causa terror al hombre y, de seguro, desilusión a
la mujer. Porque, no nos andemos por las ramas, ellas son poseedoras de una
gran voracidad vaginal y no les importa que los ovarios se los bombeen hasta el
cuello. Aunque, probablemente sea cierta la aseveración que un experto hacía en
un programa de televisión; el susodicho explicaba que la profundidad vaginal,
debido a su elasticidad, podía alcanzar hasta treinta y cinco centímetros. Así
pues, tiene sentido la afirmación de una linda, hermosa y famosa actriz y
modelo de televisión, quien al responder sobre cuál era su tipo de hombre
preferido, dijo: «El que es inteligente de la cintura para arriba, y un burro
de la cintura para abajo».
Por último,
forma parte de la creencia popular el mito de que es fácil descubrir a simple
vista el tamaño del falo de un hombre por algunas señales físicas; en este
sentido, se dice que un pie grande es garantía de un miembro grande, lo mismo
se cree del hombre nalgón; asimismo, se ha creído durante mucho tiempo que los
enanos lo tienen grande; pero ¿es que no importa el tamaño del pie?
¿Y, usted, qué
opina? Hágalo aquí: Blogger: adiel
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