viernes, 4 de mayo de 2012

¿QUIÉN MANDA?


TRES


“El odio también sirve para que en el nombre del amor los cónyuges duerman juntos”.


¿QUIÉN MANDA?
                                                        
La humanidad no tiene memoria exacta desde cuando el matriarcado perdió su hegemonía y ellas dizque fueron sometidas bajo la fuerza bruta; es decir, a partir de qué momento se invirtieron los papeles y ellos tomaron el control. Algunos creen que pudo ser desde que nos volvimos sedentarios; esto es, desde que dejamos la recolección y nos sometimos al ciclo de las siembras y a la cría doméstica. Pero ¿se produjo realmente el cambio de poder? El ejercicio del dominio sobre el grupo social pudo haber sido cedido a conveniencia, o solo en apariencia; es decir, ellas aceptaron someterse a cambio de protección y suministro alimenticio para sí y su descendencia; sin embargo, quizás siguieron dominando desde la casa, sobre todo porque ellas desarrollaron el lenguaje e impartían las órdenes.
Ahora que, desde el punto de vista sexual, ¿qué consecuencias tuvo ese cambio de dominio? Aunque, ¿verdaderamente ha habido algún cambio en el control del poder sexual? ¿Es que no han dispuesto ellas siempre del embrujo de sus encantos y de sus añagazas femeninas? ¿Será que hay una víctima real y efectiva en la interacción sexual humana? Durante buen tiempo ellas lo han asumido así. Pues bien, una vez que alguien plantea una queja sobre algún maltrato se erige en víctima, en consecuencia, solo nos queda encontrar al culpable.
A continuación veremos los cargos que se le imputan al pene. Van desde quejas simples hasta imputaciones muy graves. Las listas de los cargos no son taxativas, sino meramente enunciativas; es decir, que las imputaciones pueden variar; más si son elaboradas por un hombre.
En esta sección yo asumo la defensa en nombre de ellos, en consecuencia, les corresponde a ellas asumir la función acusadora. Y como dije antes, la lista de cargos lesivos puede variar porque aún no les he dado la oportunidad a ellas de participar en el acto acusatorio. Pues bien, mujeres, preparen sus argumentos, dejen oír sus voces, aprovechen para desahogarse.
Si este libre llegase a tener alguna virtud consistirá, precisamente, en que lo culminaremos entre todos, en tal sentido, ruego a las mujeres que lo lean que nos dejen saber todo lo que piensan del pene masculino.
Por otra parte, dejo en claro de una vez por todas que las sugerencias están escritas bajo una traza poética; sin embargo, detrás de cada propuesta hay un verdadero sentido o intención que los lectores sabrán advertir. Así también, y como este libre se escribe a sin fin manos, vale decir: con la opinión de todos los lectores, se admite toda clase de propuesta hecha con tal carácter.
Bien, veamos los cargos. Acusado, póngase parado, digo, de pie. Se oyen los cargos:


CAUSAS LEVES

Ser externos
Vergonzosos
Feos
Pendientes
Despertar en público
Tener hambre a destiempo
Perder el hambre mientras come
Flojedad
Muy deprisa
Perder el tiempo
Salir en público
Andar sin ropa
Comer de madrugada
Pagarse su alimento
Salir de cacería
Comerse la luz roja
Quererlas a todas por igual
No perder el tiempo en pormenores
Saltarse el preludio
Comer carne en cuaresma
Penetrar en carne viva
Vomitar mientras lo bañan para la cena
Derretirse con el primer beso
Falto de firmeza
Estar tibio en momentos de calor
Ser pequeño
Entregarse por entero
Ser un regalado, ofrecido, dadivoso…
Querer estar siempre adentro
Aceptar cualquier invitación a pasear
Decir siempre sí
No esperar en la puerta
Irse de cabeza

CAUSAS GRAVES

Golpear duro cuando se lo piden
Andar buscando piedras sueltas
Arrancar suspiros al alma
Buscar gemidos a cualquier precio
Bucear tras las perlas negras
Meterse hasta el cuello
Entrar y salir a toda prisa
Hacer hasta lo inimaginable para que te vengas
Amar con todo el cuerpo
Elevar suspiros al cielo
Buscar el llanto de las entrañas
Caminar con firmeza en terreno resbaladizo
Bucear sin casco de protección
Acabar con la fiesta apenas empieza
Escapar de casa y ser leño de otra hoguera
Visitar casas de citas
Querer comer a medianoche
Aceptar damas de compañía
Quemar toda la pólvora en un solo tiro
Dejar a alguien con hambre
No esperar el tiempo necesario
Evitar el para siempre
Comer y volar
Amanecer en nido de otro
Dejarla como la pomarrosa: con la semilla suelta
Hablar poco mientras comes
No decir, te amo, sin fin veces
Olvidar que eres flor que vino del cielo
Excederse en maromas de trapecista
No apagar el incendio que has causado
Prender la hoguera para que otro ase su salchicha
Mentir para que te den
No ser rico ni famoso
No perdonar lo que tú mismo haces
Vaciar la carga en la puerta
Salirse
No comulgar con la palabra orgasmo
Olvidar que la piel toda es un mar de erotismo
No decir palabras dulces
Olvidar la ternura al acabar
Olvidar que una palabra a tiempo es más valiosa que el oro
Entrar y salir sin amor
No llegar al mismo tiempo
Olvidar una cita
Dar golpes duros a una flor encendida
Despreciar el aroma del nardo enardecido
No beber la miel que hiciste para mí
No ver esa mirada que dice mucho
Equivocar las insinuaciones
No hacerla sentir la más importante
Dejarla con ganas
No encontrar el punto G


CAUSAS GRAVÍSMAS

Entrar a la fuerza
Comerse la manzana tierna
Comer la fruta que tú mismo has cultivado
Entrar a cualquier lugar sin protección y llevar peste a tu casa
Estar contaminado
Ser alcahuete en la venta de placeres
Comprar amores tardíos
Dejar un corazón partío
No cumplir promesas
Duplicar, triplicar, cuadruplicar edades
Aflojar resistencias con dinero
Comer fuera de casa
Utilizar la otra vía sin lubricar
Sembrar incestos
Ser invertido
Desear tu propia imagen
Complacerte a solas teniendo compañera
Sentir lo mismo, pero con cosas
Compartir con tu mejor amigo, lo suyo
Complacerte en el dolor ajeno
Construirte un harén
Exhibirte en público
Preferir golpes por sexo
Amarte a ti mismo más que a nadie
Dejar una novia vestida
Comer carne inerte
Matar para comer
Romper y dañar lo que más deseas
Complacerte en otra especie
Querer entrar por donde has salido


EL ABOGADO DEL DIABLO

Bien, ya hemos escuchado los cargos. Se ha colocado al pene en el banquillo de los acusados y oímos de qué se le acusa; toca ahora hacer el trabajo de la defensa. Por la cantidad de cargos casi que tendríamos que admitir su culpabilidad; pero nadie es culpable hasta tanto no se pruebe su culpabilidad; es decir, que se presume inocente hasta prueba en contrario. Pero ¿quién quiere defender a un indiciado con tamaña lista de cargos? Sin embargo, alguien debe hacer el trabajo. En alguna parte tiene que estar el abogado del diablo. Presente. Defenderé al indefendible, al más odiado y amado, al presunto culpable. Ustedes harán de juez, acusador y jurado a la vez, por lo que, la terea de convencerles será ardua.
Para empezar, quiero esgrimir en una sola frase todos los argumentos de la defensa, y consiste en que: “El pene es bueno”. Fundamentado en esto debo decir: ¡Qué “bueno” es! Sí, señoras, ¡buenísimo! Sin ironías ni sarcasmos, pero nadie es tan bueno como el pene. Algunas veces se oye decir que es de pinga. Otras veces su magnanimidad solo se puede expresar con ¡oh!, ¡ah!
Ahora bien, algo tan bueno no puede ser malo, ¿verdad? Si logramos ponernos de acuerdo en que el pene es bueno ya no tendremos argumentos que desvirtuar, ya no vemos esa supuesta incubada maldad; no hay inquina en algo bueno, lo bueno nada más puede ser bueno. Ya se dijo antes que esta defensa se iba a basar en un solo argumento, convencerlas de que el pene no es malo, sino todo lo contrario: es bueno. Para este propósito tengo que ser un auténtico abogado del diablo, y hablando de diablo, hay quienes se conduelen de él y creen que es digno de lástima: “Pobre diablo que perdió la gracia de Dios”, dicen.
Bien, podemos decir esto del diablo; pero nadie quiere tomar en sus manos la defensa del inocente, dulce y bueno del pene. Tal vez sea oportuno preguntarnos, ¿por qué el pene se ha hecho merecedor de tanto descrédito y odio-amor? ¿Quiénes se han encargado de hacerle tales señalamientos? Por principio, como abogado, siempre he creído en la inocencia del indiciado; aunque los cargos parezcan abrumadoramente infalibles. He elegido su defensa a conciencia, creo que merecía ser su abogado; lo digo porque lo conozco a la perfección, sé qué siente y cómo siente; conozco sus gustos y debilidades; sé qué lo alegra y qué lo entristece. También reconozco que no es bueno estar tan involucrado con el cliente; pero en fin, solo soy su abogado, no soy quien lo va a juzgar; por tal, no peco de parcial.
Igualmente, debo decir que mi defensa será férrea, me lo juego todo, la buena defensa de mi defendido será crucial para su vida futura. Ahora sí, manos a la obra. Ya dije que es bueno, no lo diré más; pero les pido que lo tengan siempre presente, será fundamental al momento de decidir, por ninguna razón vayan a dejar de valorar tan magnífica cualidad. He querido insistir en esto porque nada es tan terrible para un enjuiciado como el hecho de tener fama de malo. Todos detestamos la maldad, cualidad que únicamente atribuimos a Lucifer. Aunque, Shakespeare, dijo: «Nada es bueno ni malo, lo que pensamos es lo que hace que algo sea bueno o malo». También ha dicho el papa Juan Pablo II: «Lo que es bueno no es malo»; claro, en otro sentido.
Bien, digamos que el pene no es una blanca paloma. Pero tal vez nos equivocamos en la concepción o apreciación de los conceptos “blanca y paloma”; donde blanca no es sinónimo de inmaculada, y donde paloma no es sinónimo de mansedumbre, porque ningún animal es más sanguinario y rencoroso cuando pelea, pues, no deja a su adversario hasta convertirlo en plumas y pellejo ensangrentados, y todavía le sigue dándole picotazos para cerciorarse de que está bien muerto(a).
Ahora vayamos al análisis de los cargos, no se le puede juzgar por ser externo y, para algunos, feos. No será que no se le ha visto con buenos ojos, la belleza es muy subjetiva, es una sutil expresión estética que necesita ser vista con buenos ojos; es decir, con ojos de experto. Sí, ya sé lo que están pensando ellas. Bien, lo aceptamos, su forma no es la de un corazón partido rebosante de amor, tampoco tiene la forma y belleza de la orquídea con ese rubor en sus labios que invita a la caricia, ni ese aroma que embriaga, ni ese pistilo apenas asomado que nos dice que ese pequeño botoncito manda más energía que dinamo de avión, ni esa pequeña gruta que nos invita a seguir el camino que lleva al cielo; pero si tiene la fortaleza del tallo donde crece la rosa.
Es muy probable que por estar todo el tiempo expuestos a la vista de todos sea por lo que se ha dejado de apreciar su belleza, así como su clara inocencia e indefensión mientras duerme sobre sus dos tiernas gemelas; o la clara fuerza de triunfo cuando está despierto y listo para el combate. Quiero pedirles que cierren los ojos por un momento y lo visualicen: primero, en la fragilidad de su inocencia mientras duerme; luego, en la hermosura de su figura erguida cuando está listo para entregarse de cuerpo entero. ¿Verdad que es lindo? Ahora mírenlo como una pequeña, frágil e inocente criatura que llora de hambre. Definitivamente, no hay nada malo en él. Había prometido no repetir que era bueno. Pero convengan conmigo, ¿verdad que es bueno? Lo digo en el más sutil y placentero sentido de la palabra.
Sí, algunas veces la riega y acaba con la fiesta apenas empieza; otras, se duerme mientras come; o no consigue las piedras sueltas porque hay que martillar tan duro y tan deprisa que pierde todas sus fuerzas. Pero se han detenido a pensar por qué le ocurren tales cosas; creo que es oportuno decirlo ahora, pues bien, a veces las ansias lo traicionan; otras, porque ha pasado períodos depresivos o de angustia, exceso de trabajo, prolongadas hambrunas… ¿Qué creen que puede sentir después de haber sido despedido del trabajo; quedar arruinado en la bolsa; tener abrumadoras deudas; que le hayan robado el auto; ser presa de angustias, depresiones, saberse cornudo o sentirse un pobre diablo? Impotencia. Disfunción eréctil.
¿Qué creen que puede pasar después de meses sin probar bocado? ¿Qué creen que puede ocurrir si es la primera vez que se va a subir al tren del amor? ¿Qué piensan que ocurre si de pronto obtiene el premio por el que tanto ha suspirado? Viaje rápido. Vergüenza. Eyaculación precoz.
También ocurre a veces que almizcles muy rancios, o túneles demasiado anchos, o comidas muy repetidas, o demasiada manteca alrededor o un pozo muy encharcado le quiten las ansias, entonces no se levanta el espíritu. No lo culpen por eso.
A veces su ansia es la de ver esa flor bien exhibidas, una palabra que levante el ánimo, el vuelo frágil de unas manos buceadoras y la seguridad de ser el único para que no falle la pólvora. Él necesita de ti para hacer bien su trabajo.
La defensa reconoce que no es lícito forzar las puertas, gozarse en el dolor ajeno, contaminar la fuente limpia, comerse una fruta demasiado verde o la que uno mismo ha cultivado, atizar con su leño el fuego de otra hoguera, comerse la comida ajena, hacer de animal, invertir los cables; y, por último, lo más grave y censurable, matar por hambre y comerse una fruta que ha sido arrancada de la vida.
En tal sentido, la defensa admite que se condene cuando se haya violado una cerradura, aunque sea difícil vivir con hambre cuando se ve tanta carne exhibida; ni que se golpee o se hiera, a pesar de ser ordenado o sugerido; ni que se propaguen las sales contaminantes, cuando sea hecho a conciencia; ni que se cojan las manzanas antes de tiempo, aun con todo lo urgido que se pueda estar; o que se coma lo que se ha cosechado en casa. Sentencia condenatoria para el que caza, nada lo justifica; la flor que se arranca y se macera con los pies pierde toda su belleza; por último, no comprendo a los carroñeros, no son excusables los necrófilos.
Pero pido que se redima al que busca fuera lo que se le niega en casa; pero si la presa es ajena, mala suerte para el que no ha sabido cuidar lo suyo y alguien lo consigue. Igual para el que se complace consigo mismo o cambia los gustos; pido respeto por las preferencias ajenas.
Para concluir, quiero decir que no ha existido jamás nadie tan incomprendido y vituperado como el pene. A él ha sido fácil endilgarle toda clase de improperios, siempre ha sido fácil culpar al falo de todas las debilidades y bajezas imaginables. Hoy se le juzga y, quizás, se le condene. Pero he de decir en su favor que siempre ha trabajado por amor; ha sido convexo cada vez que ha habido un cóncavo que lo admita. Su entrega ha sido siempre de cuerpo entero, ha dado todo sin que le quede nada por dentro, hasta la última gota.
Quienes más lo desprecian siempre han sido sus amas, dueñas y señoras; es un producto hecho especialmente para ellas, hecho a la medida de su más profunda satisfacción; en definitiva, objeto de su complacencia y felicidad. Pero bueno, qué se le va a hacer, no es fácil encontrar gente agradecida.
No obstante, ¡arriba esos ánimos! Señores, mantengan sus cabezas en alto, anden con sus cuerpos bien erguidos, ¡levantados siempre! Permanezcan despiertos, vamos, a pararse. Es hora de trabajar. Hay que dar golpes duros, como verdaderos machos. Duro, duro; solo así los prefieren.
Bien, miembros del jurado, ¡decidan! Este es tu sitio de participación. Blogger: adiel cañizares.blog.com


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