TRECE
“El amor es el único
afrodisíaco que no falla”.
LO QUE NO SE HABÍA DICHO SOBRE EL
CLÍTORIS O PHALLUS FEMENINO
(Advertencia:
este apartado solo podrá ser admitido o desmentido por ellas). Hágalo aquí,
¡por favor! Blogger: adiel
cañizares.blog.com
Así opinan los
científicos sobre el clítoris: “Pequeño
órgano erógeno y eréctil, muy vascularizado e inervado, equivalente femenino
del pene, aunque mucho más pequeño; se localiza debajo de los labios menores,
su glande es de 3 a 5mm, está cubierto por una caperuza similar al prepucio, y
es anterior al orificio vaginal, pero independiente de la uretra. Al igual que
el pene, cuando se estimula sexualmente experimenta erección, y es una de las
zonas más importantes de excitación y placer sexual en la mujer”.
Sí, el clítoris
o phallus femenino es la zona más
importante de excitación y placer sexual en la mujer; pero, además, es el único
órgano humano diseñado por la naturaleza para producir exclusivamente placer
sexual, y no es ninguna otra su función.
El clítoris es
extremadamente sensible y juega un papel fundamental en la estimulación sexual
femenina, así pues, es el responsable directo del 99% de los orgasmos
femeninos; es decir, los orgasmos clitorianos, e indirectamente del 1% de los
orgasmos vaginales o uterinos (?). No obstante, con la penetración, la torpeza
masculina se lanza de cabeza tras el insignificante uno por ciento. Quien tenga
dudas de lo afirmado que se informe con el cada día mayor número de
homosexuales femeninas, o con la incalculable cantidad de féminas que consiguen
sus orgasmos a través de la masturbación; esto es, con las adecuadas caricias
del clítoris. Dicho esto, tal parece que ellas no nos necesitan para nada,
salvo para la reproducción, ¡por ahora! Sin embargo, las vaginas son
profundamente felices con un pene en sus entrañas, en cuyos vaivenes se
involucra el clítoris, y, a veces, ¡zas!, orgasmos que viene, que llega, que
explota; ¡Oh, mi Dios! ¡Definitivamente!
La
excitabilidad, sensibilidad y goce del clítoris están garantizados por ser el
receptor de millones de terminaciones nerviosas y reflejos emocionales que
confluyen en su diminuta estructura ―por eso manda más energía que dinamo de
Jet―; mas su equivalente masculino no llega al tres por ciento de esa fuerza
explosiva y sensitiva del clítoris. Asimismo, esa excitabilidad y sensibilidad
extremas le permite al phallus
femenino responder a los estímulos de cualquiera de los cinco sentidos;
igualmente, al sexto sentido de la imaginación, y al sin sentido del interés
―lo que no justifica desde ningún punto de vista la afirmación de Freud de que
las mujeres sienten envidia del pene masculino―. Por consiguiente, muy a pesar
del orgullo masculino, el clítoris o phallus
femenino es excepcional; esto a pesar de que tienen un origen común y de que
comparten mucha similitud, pues, lo que al clítoris le falta en tamaño, le
sobra en funcionalidad. En consecuencia, el clítoris no solo participa en la
excitabilidad, sino que supera a su equivalente masculino en sensibilidad y
placer.
Si comparamos al
pene masculino con el phallus
femenino, indudablemente, los hombres llevamos las de perder, encontramos una
diferencia abismal, veremos que nos lleva una morena; pues sería como comparar
a un arcabuz con una ametralladora; luego comprobamos como el arcabuz es un
arma de fuego antigua que dispara un tiro a la vez, a continuación hay que
cargarla de nuevo para el siguiente tiro ―si la pólvora no falla, por
supuesto―, mientras que, con la ametralladora se hacen cientos de disparos
sucesivos y sin ningún esfuerzo. ¡Así son las cosas!
El clítoris ama
con los seis sentidos y con todas las inteligencias, particularmente, con el
sexto sentido y la inteligencia emocional. Las afirmaciones: «Yo tengo un sexto
sentido, yo tengo una corazonada» tienen una característica muy femenina; es
decir, yo tengo un clítoris, en consecuencia, soy dueña de un superórgano;
además, tengo un olfato muy certero para decidir sobre el amor. En definitiva,
un clítoris solo puede ser sinónimo de mujer, es el distintivo femenino por
excelencia.
El clítoris ama
y odia con igual intensidad; llora de tristeza o de felicidad; es el esclavo
incondicional que cumple todos los deseos de su ama; su autoestima, a un mismo
tiempo, es frágil como el cristal y fuerte como el acero; igualmente, es
capullo que florece feliz con el amor, pero si lo hieren sufre de ostracismo;
es como un perro fiel que acepta todo tipo de caricias, y los golpes duros del
vaivén copulativo; a veces, vive inadvertido hasta de su propia dueña;
finalmente, para su desgracia, ha sido duramente castigado por tradiciones
mutiladoras.
Clítoris, ¡ah
malaya uno! Sería maravilloso que en la parte final y superior del pene
tuviésemos un clítoris uñoso, que en el momento mortal del amor se produjese un
contacto eléctrico entre ambos y que al unísono pudiésemos ver un universo de
luces de colores.
Todo clítoris
constituye en sí un gran misterio. Y,
¿QUÉ HAY DENTRO?
El secreto mejor
guardado de la naturaleza
La piedra
filosofal
El misterio de
la vida y la muerte
Una rosa azul
El mapa de los
puntos eróticos
La mar de la
felicidad
Una noche
cerrada sin puertas
Un grito del
alma
Un volcán en
erupción
El Universo sin
tiempo
El amor en carne
viva
Energía pura
Un tesoro
orgásmico
Todo el oro de
Venus
El último
unicornio
Ninfas de ágata
Afrodita con sus
delicias
Lo que nos quedó
del Paraíso
La nota que
faltaba
El sexto sentido
Los secretos del
Cama Sutra
Los hilos que
nos comunican con la luna
La estela de un
cometa
La sabiduría de
Salomón
La espada de
Damocles
El Aleph del
amor
Un sendero sin
fin
La sonrisa de la
Mona Lisa
Una cadena de
gritos
Una gota de amor
y otra de odio
Una ristra de
gemidos
El centro del
universo del placer
El receptor de
todos los sentidos
Algo tan
inflamable que se enciende con una mirada
Un punto de
locura
El amor perfecto
La caja de
Pandora
Toda la verdad
sobre el Yin
La fuerza
gravitacional del Yang
La verdad sobre
el androginismo de Apolo
Un grano de
barro de la costilla de Adán
El asa de la
taza
Algo que se
hincha de felicidad
La última nota
del amor
Un átomo del Big
Bang
Una gota de
perfume del Jardín del Edén
El guardián de
la concha
Un jardín con
mil aromas
Un interruptor
que lo enciende y lo apaga
El gatillo que
dispar el punto G
No hay comentarios:
Publicar un comentario