viernes, 4 de mayo de 2012

EL CLÍTORIS O PHALLUS FEMENINO


TRECE


“El amor es el único afrodisíaco que no falla”.


LO QUE NO SE HABÍA DICHO SOBRE EL CLÍTORIS O PHALLUS FEMENINO
(Advertencia: este apartado solo podrá ser admitido o desmentido por ellas). Hágalo aquí, ¡por favor! Blogger: adiel cañizares.blog.com

Así opinan los científicos sobre el clítoris: “Pequeño órgano erógeno y eréctil, muy vascularizado e inervado, equivalente femenino del pene, aunque mucho más pequeño; se localiza debajo de los labios menores, su glande es de 3 a 5mm, está cubierto por una caperuza similar al prepucio, y es anterior al orificio vaginal, pero independiente de la uretra. Al igual que el pene, cuando se estimula sexualmente experimenta erección, y es una de las zonas más importantes de excitación y placer sexual en la mujer”.
Sí, el clítoris o phallus femenino es la zona más importante de excitación y placer sexual en la mujer; pero, además, es el único órgano humano diseñado por la naturaleza para producir exclusivamente placer sexual, y no es ninguna otra su función.
El clítoris es extremadamente sensible y juega un papel fundamental en la estimulación sexual femenina, así pues, es el responsable directo del 99% de los orgasmos femeninos; es decir, los orgasmos clitorianos, e indirectamente del 1% de los orgasmos vaginales o uterinos (?). No obstante, con la penetración, la torpeza masculina se lanza de cabeza tras el insignificante uno por ciento. Quien tenga dudas de lo afirmado que se informe con el cada día mayor número de homosexuales femeninas, o con la incalculable cantidad de féminas que consiguen sus orgasmos a través de la masturbación; esto es, con las adecuadas caricias del clítoris. Dicho esto, tal parece que ellas no nos necesitan para nada, salvo para la reproducción, ¡por ahora! Sin embargo, las vaginas son profundamente felices con un pene en sus entrañas, en cuyos vaivenes se involucra el clítoris, y, a veces, ¡zas!, orgasmos que viene, que llega, que explota; ¡Oh, mi Dios! ¡Definitivamente!
La excitabilidad, sensibilidad y goce del clítoris están garantizados por ser el receptor de millones de terminaciones nerviosas y reflejos emocionales que confluyen en su diminuta estructura ―por eso manda más energía que dinamo de Jet―; mas su equivalente masculino no llega al tres por ciento de esa fuerza explosiva y sensitiva del clítoris. Asimismo, esa excitabilidad y sensibilidad extremas le permite al phallus femenino responder a los estímulos de cualquiera de los cinco sentidos; igualmente, al sexto sentido de la imaginación, y al sin sentido del interés ―lo que no justifica desde ningún punto de vista la afirmación de Freud de que las mujeres sienten envidia del pene masculino―. Por consiguiente, muy a pesar del orgullo masculino, el clítoris o phallus femenino es excepcional; esto a pesar de que tienen un origen común y de que comparten mucha similitud, pues, lo que al clítoris le falta en tamaño, le sobra en funcionalidad. En consecuencia, el clítoris no solo participa en la excitabilidad, sino que supera a su equivalente masculino en sensibilidad y placer.
Si comparamos al pene masculino con el phallus femenino, indudablemente, los hombres llevamos las de perder, encontramos una diferencia abismal, veremos que nos lleva una morena; pues sería como comparar a un arcabuz con una ametralladora; luego comprobamos como el arcabuz es un arma de fuego antigua que dispara un tiro a la vez, a continuación hay que cargarla de nuevo para el siguiente tiro ―si la pólvora no falla, por supuesto―, mientras que, con la ametralladora se hacen cientos de disparos sucesivos y sin ningún esfuerzo. ¡Así son las cosas!
El clítoris ama con los seis sentidos y con todas las inteligencias, particularmente, con el sexto sentido y la inteligencia emocional. Las afirmaciones: «Yo tengo un sexto sentido, yo tengo una corazonada» tienen una característica muy femenina; es decir, yo tengo un clítoris, en consecuencia, soy dueña de un superórgano; además, tengo un olfato muy certero para decidir sobre el amor. En definitiva, un clítoris solo puede ser sinónimo de mujer, es el distintivo femenino por excelencia.
El clítoris ama y odia con igual intensidad; llora de tristeza o de felicidad; es el esclavo incondicional que cumple todos los deseos de su ama; su autoestima, a un mismo tiempo, es frágil como el cristal y fuerte como el acero; igualmente, es capullo que florece feliz con el amor, pero si lo hieren sufre de ostracismo; es como un perro fiel que acepta todo tipo de caricias, y los golpes duros del vaivén copulativo; a veces, vive inadvertido hasta de su propia dueña; finalmente, para su desgracia, ha sido duramente castigado por tradiciones mutiladoras.
Clítoris, ¡ah malaya uno! Sería maravilloso que en la parte final y superior del pene tuviésemos un clítoris uñoso, que en el momento mortal del amor se produjese un contacto eléctrico entre ambos y que al unísono pudiésemos ver un universo de luces de colores.
Todo clítoris constituye en sí un gran misterio. Y,

¿QUÉ HAY DENTRO?
El secreto mejor guardado de la naturaleza
La piedra filosofal
El misterio de la vida y la muerte
Una rosa azul
El mapa de los puntos eróticos
La mar de la felicidad
Una noche cerrada sin puertas
Un grito del alma
Un volcán en erupción
El Universo sin tiempo
El amor en carne viva
Energía pura
Un tesoro orgásmico
Todo el oro de Venus
El último unicornio
Ninfas de ágata
Afrodita con sus delicias
Lo que nos quedó del Paraíso
La nota que faltaba
El sexto sentido
Los secretos del Cama Sutra
Los hilos que nos comunican con la luna
La estela de un cometa
La sabiduría de Salomón
La espada de Damocles
El Aleph del amor
Un sendero sin fin
La sonrisa de la Mona Lisa
Una cadena de gritos
Una gota de amor y otra de odio
Una ristra de gemidos
El centro del universo del placer
El receptor de todos los sentidos
Algo tan inflamable que se enciende con una mirada
Un punto de locura
El amor perfecto
La caja de Pandora
Toda la verdad sobre el Yin
La fuerza gravitacional del Yang
La verdad sobre el androginismo de Apolo
Un grano de barro de la costilla de Adán
El asa de la taza
Algo que se hincha de felicidad
La última nota del amor
Un átomo del Big Bang
Una gota de perfume del Jardín del Edén
El guardián de la concha
Un jardín con mil aromas
Un interruptor que lo enciende y lo apaga
El gatillo que dispar el punto G

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