domingo, 6 de mayo de 2012

EXCLUSIVAMENTE PARA ELLAS


DOS


“El amor es lo único humano que siente al animal”.

EXCLUSIVAMENTE PARA ELLAS

Al momento de concluir este apartado estaba compartiendo la mesa con una pequeña mujer, mi hija de doce años. Estoy seguro de que ella ya tenía su propia idea formada de lo que iba a tratar el libro: el pene. Ahora bien, todo lo que se diga, mejor dicho, se escriba, será tratado por el rey del sexo, bueno, eso tiene sus matices, porque él es un rey como el del ajedrez, ya que quien tiene el poder ―si por poder entendemos la libertad de movimientos― es la dama, en verdad es ella la que manda. Pero eso no es lo que importa ahora, sino qué nos pueda dejar saber el pene a través de este monólogo.
Creo que no es desacertado que le dediquemos estos Monólogos del Pene a ellas, que al fin de cuentas, un pene también es asunto de mujeres; no solamente por ser un producto para damas, sino porque es un órgano que compartimos.
En consecuencia, no puede haber mejor destinataria que las dulces, hermosas, profundas, insaciables, bellas, voluptuosas, sensuales, seductoras, deliciosas, sagaces, dominadoras, complacientes, sensibles, delicadas, amorosas, y pare usted de contar, mujeres; porque a ellas les podemos dedicar casi todos los adjetivos que se nos puedan venir a la mente; en fin, para todas las hembras del mundo. Para empezar, una dedicatoria muy especial a la mujer más importante que un hombre tiene en su vida, ésa que solo nos puede sentir al salir; el caso de Edipo es detestable, ¿verdad? Y da igual así sea nada más que un complejo.
Cuando era niño escuchaba un cuento que era como una versión distorsionada del Complejo de Edipo. Contaban que un hombre muy desconfiado de la fidelidad femenina decía que no había mujer fiel en la tierra, que por ambición eran capaces de todo; dudaba de la probidad hasta de su propia madre, cosa que quiso demostrar a todos; entonces partió un día de su hogar; es decir, se hizo trotamundos. En sus correrías participó en guerras y muchas otras tropelías mundanas logrando amasar una gran fortuna. Después de veinte años regresó al que fuera su hogar y se encontró con la noticia de que su padre había muerto, además, que su familia estaba en la ruina. Su madre, que siempre había disfrutado de la buena vida aún se conservaba joven y bella. Entonces él enamoró a su propia madre logrando vencer sus negativas sin mucho esfuerzo. Cuando estaba a punto de consumar su teoría, dijo: «Voy a ver si puedo entrar por donde salí un día». Fue en ese momento que su madre comprendió que estaba a punto de entregarse a su propio hijo.
Dejando de lado ese cuento de mal gusto, quiero dedicar este poema a todas las madres del mundo, hoy también es el día de mamá, al igual que todos los días de la vida.



CUANDO EN TUVIENTRE MORABA

Quisiera dormirme en tus entrañas,
en la alberca tibia de tu vientre,
ser parte íntima de tu cuerpo y
beber la sabia de tu amor en gestación.
Y retozar con sublime alegría
haciendo piruetas de trapecista
con el cordón que me sostiene
por el medio de mi frágil anatomía.
Y jugar mis diversiones preferidas:
con tu vejiga, al fútbol solitario,
y al box con el carrete articulado
de tus costillas desprevenidas.
Sé que haré muchos cambios en tu figura
y que no te verás hermosa y deseable;
pero pido poco, solo paciencia y ternura,
te prometo que cuando todo esto acabe,
llenaré tu vida de dulzura.
Solo quiero antes de que el tiempo fenezca,
seguir inmerso en tus aguas florales,
y al mismo tiempo que tu vientre crezca
compartir tus pensamientos y ansiedades;
ser la risa alegre en tus noches taciturnas;
por mí, sin culpa, la ignota criatura.
Que tú como Dios, en tu vientre demiurgo,
diseñas y trazas con la roja arcilla
de tu vernácula sangre nutritiva
al hijo de tus entrañas que darás a luz al mundo.
Dentro, la vida es fácil;
fuera, la vida es dura;
lo primero que hacen
es cortar el hilo de la atadura.
Al nacer algo acaba, todo empieza.
La vida que sigue nos recibe con rudeza,
pues nada más asomar la cabeza
alguien corta el hilo de vida y hace ligaduras,
y como el que sale al mundo llega a oscuras
no pude verle la carnicera mirada
al desalmado que le da la nalgada.
¡Ni te creas que eso es todo, camarada!
Te sigue un baño de agua helada.
Pero en verdad que yo no sabía
que entrar a la vida es cosa tan extraordinaria.
¡No es algo fácil salir de la nada!
Empezando por dos que quieran compartir sus ansias,
el tiempo oportuno y las semillas filigranas;
sigue la colosal batalla por la genitiva semilla X;
donde competidores por millar en veloz carrera
van como renacuajos viajando en tinieblas
por viscoso canal en nado sin tregua,
quien llegue y entre primero: ¡la vida se lleva!
Sí, era tu cuerpo el paraíso,
mas Dios así lo quiso,
que en la brevedad de nueve meses terminara
la magnífica obra que con un beso se iniciara.
¡Ah felicidad sublime, madre,
cuando en tu vientre moraba!
¡Había tintes de rosa por doquier miraba!
¡Ah!, pero antes de que pase al siguiente tema, si usted fuera jurado en un concurso de poesía y tuviera que calificar del uno al diez, dígame, ¿cuál sería su puntuación para el poema que acaba de leer? Este es tu sitio de participación. Blogger: adiel cañizares.blog.com


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